lunes, 11 de agosto de 2008

Volver.

No pudé dormir, fué como tomar una siesta. Era lunes por la madrugada y sonó el despertador. La misma ropa de ayer, aún no huele mal. Un licuado y una rapida cepillada de dientes, en el camino me quitaré las lagañas.
Salí y aún era de noche. Nunca he sido fan de levantarse temprano, y menos cuando todavía es de noche, es incluso antinatural. El hombre duerme de noche y se levanta de día, pero no, la UNAM dice que tienes que entrar a las 7 am., de madrugada.
Es el primer día de clases de mi último año de preparatoria y aún no entra secundaria, por lo tanto no hay peligro de ser arrollado a media avenida por una señora en camionetota que se le hizo tarde para dejar al chamaco.
Intenté entrar por el estacionamiento y fuí rechazado, intenté por recepción y me fué igualmente negada la entrada. "Solo por Sta. Cruz, joven", y hay voy.
Todo el mundo te saluda como si no los hubieras visto en años o como si creyeran que fueras a morir mañana.
Evito buscar rostros conocidos y me dirijo a mi salón, en lo mas alto y profundo de un edificio con arquitectura ochentera pero remodelado bien "in".
Todas las mujeres de mi salón quieren estudiar comunicación o algo relacionado con salir en la tele. Son fresisímas, y si las juntaras a todas no formas a un ser con un IQ mayor al de una banca. Por lo tanto procuro no cruzar palabra alguna con ellas, lo unico que ganaría sería salir embarrado con algunas de sus fabulosas historias de como estuvo su viaje a NY y de las "toneladas" de ropa de marca que compraron.
Me siento hasta atrás, como he acostumbrado desde la primaria.
Entrá una quesque-directiva y nos da un discurso sobre como vestir, como cortarme el pelo y puntualidad. Termina y se va. Pasaron 50 minutos y jamás llegó el profesor. Ironía.
Desde que entré a esa escuela en la primaria no he tenido una sola clase decente de inglés, todos los profesores hablan como un jardinero mexicano en el gabacho. Estúpidamente creí que este año podría ser la excepcion con las tantos y tantos profesores que corrieron/contrataron. PEro no fué así.

Pasarón 3 horas y era la hora del recreo.
La calidad de la comida es inversamente proporcional a su costo. Pero cada 2 meses que suben los precios, el pretexto sigue siendo el mismo: "Tenemos que pagarle al personal".
Uno llega a pensar que dentro de esa enorme cocina han de haber miles de cocineros y cocineras que con la prisa de servirte comida, llegan a quedarles medias culeronas las tortas. Pero no, son dos gordas malumoradas, que si tienes la suerte de ser atendido te trataran como basura.

Ya en el salón, una vieja, que no se como se llama le dice a otra (Daniela):
¿?:"Oye Daniela, ¿te gusta mi dibujo?"
Daniela: "¡Hay sí! Es Jared Leto, ¿Nooo?"
Yo: ¡Bah! Ese homosexual...

Bueno, pues ese último comentario me costo que una maestra me cagoteara, por usar el término "homosexual", ¿Porqué? Porque según ella, a mi edad tenemos problemas con la sexualidad, entonces no aceptamos a los demás...ajá-






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